A un mes y medio del brote más grande de coronavirus en la ciudad de Daegu; Corea del sur no solamente ha aplanado la curva, sino que también se encuentra ganando la batalla contra el COVID-19.
Los coreanos lo han logrado sin siquiera imponer la cuarentena obligatoria. Durante todo este tiempo, el transporte público estuvo funcionando, y todos los centros comerciales también se encuentran abiertos.
La ministra de Relaciones Exteriores Kang Kyung Wha, dijo que el número de casos se ha «estabilizado» en el país.
También reveló que el gobierno actuó rápida y preventivamente, explicando que los tests masivos y los rastreos han sido la clave para detener la pandemia, como así también la transparencia.
La ministra dijo que le filosofía del gobierno siempre ha sido: «respetar el derecho de los ciudadanos a moverse libremente»,
pero también agregó que las restricciones en los viajes han sido impuestos para evitar una segunda ola de contagios.
Kang dijo que la idea de la cuarentena obligatoria no iba a ser bien recibida por los surcoreanos, y que el gobierno no la ha impuesto aún cuando surgió un nuevo brote del virus en el mes de febrero. «La idea de la cuarentena obligatoria estaría opuesta a nuestros principios de libertad», explicó la ministra.

La ciudad surcoreana de Daegu, que tuvo que soportar el primer gran brote del coronavirus fuera de China, reportó cero casos de contagiados
el 10 de abril. Además, las infecciones en todo el país se encuentran en mínimos históricos.
Con 6.807 casos confirmados, la ciudad de Daegu tiene más de la mitad de los contagiados de todo el país, que son 10.450.
El 10 de abril, Corea del Sur reportó 27 casos nuevos, otro mínimo de casos diarios. El mayor número de infectados diarios se dio a fines
de febrero con 900 casos, según el centro de epidemiología de Corea del Sur.
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